28/7/13

Vacaciones


Después de una semana de vacaciones en Nunca Jamás de esas en las que el único momento en casa es el del desayuno y el resto del día es un ir y venir de cañas, reencuentros, pinchos, risas, cafés, sorpresas, comidas, historias, copazos, más risas y otra vez despedidas (que no es precisamente el descanso que mi cuerpo necesitaba después de la segunda semana de trabajo residencial); mañana empiezan las otras vacaciones, las de caminar todo el día para descubrir nuevos lugares, las de mezclarse con quienes entienden la vida de forma distinta, las de probar todo lo que se ponga por delante, las de poner a prueba la capacidad de comunicarse con los demás... 
Hasta la vuelta.

12/7/13

Hated: GG Allin and The Murder Junkies




Entre programa y programa de Masterchef he sacado un ratito para ver Hated: GG Allin and The Murder Junkies (1993), un documental no apto para personas “sensibles”. Basta decir que durando sólo unos 50 minutos lo vi en tres veces porque era incapaz de asimilarlo (aunque tengo que admitir que “La naranja mecánica”, por ejemplo, también hirió mi sensibilidad).

La película muestra los últimos días del “performance punk” GG Allin junto con su banda The Murders Junkies e indaga sobre su ideología y su pasado. Para quien no lo conozca, este tipo se hizo famoso por sus conciertos, en los que, generalmente desnudo, exhibía extrema violencia hacía sí mismo y hacía el público, incluyendo momentos de masturbación y coprofagia; todo ello reflejo de su estilo de vida: un desafío a la sociedad mostrando lo peor de la misma.

GG Allin se presentaba como el mesías del rock’n’roll, decía vivir para ser “el arma definitiva de venganza” y anunció su propio suicido que lo llevaría al más allá de forma gloriosa. Llegó incluso a escribir un manifiesto para difundir su mensaje (“El Manifiesto de GG Allin”, 1990). Algunas de sus declaraciones:

"Mi cuerpo es el templo del Rock'n'Roll. Mi sangre, mi carne y mis fluidos corporales son la comunión con mi público"

“Mi mente es una ametralladora, mi cuerpo, las balas; el público es el objetivo”.

“Soy un escupitajo, un sincero y espontáneo sarcasmo  hacia la hipócrita y deshumanizada sociedad en que vivimos. La sociedad es una gran broma y la única manera de enfrentarse a ella es siendo una broma más grande, nauseabunda, amoral y desagradable, pero sincera”.

Respecto a su pasado es, cuanto menos, interesante. Fue bautizado como Jesus Christ Allin, ya que su padre era un extremista religioso de escasa estabilidad mental que decía haber sido visitado por Jesucristo, quien le anunció que su futuro hijo sería un “superhombre”; lo cual no le impidió abusar violentamente de su familia. Tras el divorcio de sus padres, su madre cambió su nombre por el de Kevin Michael en un intento de normalizar su infancia. De todas formas, GG sufrió abusos en la escuela.

Imagino que empezó en el punk como una forma de transgresión y protesta, para expresarse y encontrar su lugar. Su primer disco junto con The Jabbers tiene un sonido muy similar al de otros grupos como The Ramones y las letras no dejan de ser meras provocaciones. Sin dudas, esta actitud rebelde y subversiva formaba parte de su personalidad, como ya había demostrado el periodo durante su adolescencia en el que acudía a clase vestido de mujer.

Paulatinamente se fue descontrolando. A la par que crecía su adicción a las drogas y el alcohol, lo hacían también sus conductas desobedientes, delincuentes y agresivas; hasta llegar a un nivel de odio y violencia extremos.

A la pregunta “¿Qué es lo que le excita?”  GG respondió: "Me excita el peligro, vivir rápido, romper las normas, las putas, el alcohol, la vida en la carretera, beber orina y sangre, masturbarme, pelear, comer mierda..."

Evidentemente pasó por prisión varias veces, pero no fue hasta 1898 cuando recibió una larga condena, por violación. Los test psiquiátricos que le aplicaron revelaron que su inteligencia era normal, que se sentía cómodo con su estilo de vida y que no padecía problemas psicóticos, pero sí trastorno límite de la personalidad y trastorno bipolar, así como conductas narcisistas y masoquistas.



¿Por qué he visto algo así? Tal vez porque soy tan masoca como el propio GG Allin… En realidad me despierta bastante el interés la cultura del odio porque es un sentimiento inexplicable para mí, y vivirlo me parece imposible (aunque los políticos y otros personajes se emplean a fondo para cambiar esto). No entiendo la finalidad de odiar.

Además, creo que es interesante como el movimiento punk, que en sus inicios no era violento (de hecho se parecía bastante al hippie, en tanto que ambos eran una expresión de disconformidad sobre la sociedad y la cultura, sólo que en el caso del punk se adquirió una actitud ofensiva y molesta para hacer de revulsivo social),  ha evolucionado en esta dirección en algunas de sus modalidades.



El documental se encuentra fácilmente en Internet. Un último dato curioso, este es el primer proyecto como director de Todd Phillips, quien después dirigió, entre otras, Starsky & Hutch, Escuela de pringados y, su gran éxito, la trilogía de Resacón en las Vegas, cuya tercera parte se ha estrenado este año. (Todas ellas películas que no he visto y no tengo intención de hacerlo, por cierto).


10/7/13

Entre el trabajo y Masterchef



Después de mi Gran Hermano laborable particular y los dos días de cama consecuentes para recuperarme he dejado de ser una zombi y finalmente he vuelto a la vida.

Durante el verano en mi curro trabajamos por semanas, es decir, desde el lunes a las 9 de la mañana hasta el lunes siguiente a esa hora; y después tenemos una semana de descanso. En total, durante julio y agosto trabajamos tres semanas enteras, más una “normal” de turnos, y el resto son libres, dos semanass de descanso y dos de vacaciones oficiales.

Esto puede parecer lo más de lo más, el verano perfecto para disfrutar, pero nada más lejos de la realidad. Trabajar una semana entera agota hasta límites insospechados. Es verdad que cuando empecé hace tres años me pareció una cosa fantástica, y aproveché todas mis semanas libres para recorrer Italia. Y el segundo, aunque trabajé una semana más porque no quería coger todas mis vacaciones en verano, lo sobrellevé bastante bien (aunque al final no podía ni con la piel), especialmente gracias a una amiga que me invitaba a su casa de la playa, así que las semanas libres eran un ‘vuelta y vuelta’ debajo de la sombrilla con un buen libro.

Pero claro, llega el momento en que una deja de ser “la nueva” para ser “la veterana”, y esto es muerte y destrucción, porque la responsabilidad crece exponencialmente. Y en esas estamos. Además, hasta ahora “la residencia” se hacía en grupos de tres trabajadores. Este año, como las cosas están muy chungas, los grupos son de dos, un veterano y un nuevo. Aunque los nuevos llevan trabajando más o menos desde septiembre, hace sólo cuatro meses que lo hacen de forma autónoma, y, evidentemente, nunca han hecho “la residencia”. La responsabilidad vuelve a crecer…

Así que esta semana los planes son pocos: ir a correr, leer y ver Masterchef, que lo acabo de descubrir y me ha enganchado porque es un programa de desconexión total (y eso porque aquí no puedo ver Alaska y Mario…). Y ya sé quien ha ganado, pero no me importa, porque para mí lo divertido es lo raruno que habla Eva González intentando que no le salga el acento andaluz, lo repelentes que son los miembros del jurado, especialmente Samantha que ni pincha ni corta, porque el bacalao lo reparten los otros; y Jordi Cruz que habla como un señor de 80 años que se quiere hacer el moderno; los platos tan viejunos que “crean” los concursantes; y que como en todo reality “se intensifican los sentimientos”. Me parto.