18/9/13

Los niños de hoy en día




Esta mañana he visto en El Comidista que habrá una edición infantil de Masterchef. He flipado: “¿Quéeee? ¿Niños que cocinan?” Al instante me he sentido un fracaso porque aprendí a pelar una patata decentemente a los 19 más o menos y a darle la vuelta a la tortilla hace dos días como quien dice.

Empecé a cocinar cuando me fui de casa y los tuppers que me daba mi madre no me llegaban para subsistir. Pensaba que este ritual de iniciación era el habitual, ¿para que voy a guarrearme intentando hacer una bechamel cuando mamá la hace tan ligera y sabrosa que parece ambrosía? Y eso porque no caí en la trampa mortal de los precocinados (que para mí son pecado).
Puedo entender a esos aventajados curiosos que desde la adolescencia empiezan a interesarse por la cocina, al fin y al cabo es una vocación como otra cualquiera y hay quien oye la llamada a temprana edad. ¿Pero los niños? La experiencia me ha enseñado que el gusto es un sentido que se educa y se desarrolla con la edad, por eso a los niños les gustan los macarrones con tomate y los bocatas de Nocilla y no el “tartar de atún con huevas de salmón acompañado de tabule”.
Y yo que me consideraba buena cocinera, limitada en el repertorio tal vez, básica en las técnicas culinarias seguramente; pero mis lentejas me llenaban de orgullo y satisfacción. Y ahora llegan estos mocosos que preparan “solomillo a la costra de parmesano”, ¡qué yo la costra la tiro! Y de cocinar solomillo mejor no hablamos…
Ojo, que creo que para los niños cocinar es una gran actividad, rica de contenidos educativos. Pero pensaba que con hacer unas galletas o un bizcocho era suficiente, que no era necesario preparar una “degustación de tiramisú acompañado de un huerto de frutas del bosque”.
Será que los tiempos están cambiando y ahora querer ser chef es como hace 20 años desear ser futbolista, médico, maestro, bombero o veterinario. 
Tal vez sea este el momento de darse a los precocinados…



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